La verdadera libertad es soportar la imposición de los propios deseos. La verdadera esclavitud es estar convencidos de ello.

La vida no es otra cosa que una sucesión de nacimientos y muertes que amalgamándose en progresión continua la ilusión de la existencia.

La felicidad está oculta entre los pliegues de dos sentimientos que se están buscando.

Una lágrima, una pequeña lágrima. Un poco de sol y es sólo vapor.

Varias veces me sucede olvidar lo que debería recordar y viceversa. Estoy seguro de que he individualizado las razones de esta anomalía… pero me las he olvidado.

Y mientras el despierto se adormentaba el durmiente se despertaba y en la propia identidad interior ambos se fundían dándome la conciencia de existir.

Un mar de olvido donde sumergirse saboreando la inercia de un vegetal.

Muy seguido se considera un gran político aquel que es capaz de expresar frases retóricas que, girando alrededor de sí mismas, manifiestan la presunción de ofrecer todo sin dar nada.

En el doloroso retorno a los orígenes, la medida de los pasos recorridos. En sentido contrario.

LUEGO

Hoy llegaré,
esperadme
al final de la avenida.
Llegaré
después de años de camino.
Me sentiré cansado
pero no dadme un lecho
para poder reposar.
Hoy llegaré
sin nada entre las manos
pero vosotros reconoceréis
mis miles de regalos.
Será ciertamente noche
pero no encended la luz,
sólo una lamparilla
para poder veros.
Hará ciertamente frío
pero vendréis a calentarme.
Hoy llegaré,
esperadme
al final de la avenida
luego todos juntos
entraremos en la casa
para hacer una fiesta
pero perdonadme
si
no querré despertarme.