Extrañamente la fiesta de Fin de Año nos hace felices porque un nuevo año nos espera, pero no nos entristece que otro haya pasado y se lleve para siempre una parte de nuestra vida.

La realidad es la ilusión que deriva de una serie de apariencias coordinadas en un subseguirse extremadamente orgánico e interdependiente.

Universal es un vocablo del cual abusamos a menudo sin darle el sentido que le pertenece. Esto sucede sobre todo o casi exclusivamente porque lo universal es conceptualmente inexpresable.

DESCENSO

… así, lentamente
innumerables luces desaparecen.
Descienden poco a poco
juntos
el cuerpo y el alma,
de la cima
que les había costado
tanto esfuerzo.
Cada día se hace más oscuro
aún de noche se ve.
Y si bien no se siente
el ruido de aquello que se pierde,
el descenso se hace más fácil
y el paso más veloz.
Algunas veces,
siempre menos,
volviendo la mirada
la cima se ve lejana;
envuelta por las nubes
pero todavía más clara.
Por un instante
un breve pesar
luego se desciende aún
donde ya no hay más luces.

Derrotar las propias derrotas para una victoria real.

Desde hace días giro sobre mi propio eje, dejándome llevar por todo lo que me circunda, sin ansias, sin temores, sin ninguna reacción. Sin embargo, sé que algo está muriendo a lo lejos. Sì, demasiado lejos para inducirme a reaccionar como quizás sería justo.

Es increíblemente increíble que se pueda creer a la incredibilidad de una credibilidad increíble.

El lamento de un joven viéndose joven, la tristeza de un anciano viéndose anciano, el orgullo de un joven viéndose anciano, la alegría de un anciano viéndose joven. A menudo sucede que la realidad aparezca deprimente y la apariencia entusiasmante.

Mostrar a alguien lo que tengo dentro quizás tendría sentido si fuese capaz de encontrar a quién o de saber con qué fin.

Existen dos categorías principales de personas: las que dan y las que cogen. Ambas por necesidad.