
Es improbable que exista un esquema preconstituido para definir lo que somos pero es cierto que somos y esta afirmación debería ser suficiente para eximirnos de la necesidad de poseer un esquema. ¿Pero, después de todo, es verdaderamente cierto que somos? Si tomásemos en cuenta esta pregunta el esquema asumiría una función primaria, o más bien indispensable, para llevarnos tal vez a la conclusión contraria y, esto es, que no somos absolutamente y por consiguiente cesaría también la función demostrativa del esquema mismo, ya que un esquema no puede ser de ayuda a quien no es para demostrar efectivamente que no es. ¿Pero cómo sería posible comprobar nuestra existencia sin un esquema demostrativo? Por tanto la presencia de dicho esquema, capaz de demostrar la inexistencia de quien lo ha codificado, la inexistencia de los que son y del esquema mismo, sería sin duda útil, demostrando contemporáneamente la indemostrabilidad de una demostración indemostrable y por eso completamente inútil. Aunque si el simple hecho que se pueda razonar sobre la indemostrabilidad de una demostración cualquiera es de por sí una demostración que anula las precedentes demostrándonos que cualquier demostración es demostrable, aún aquella capaz de anularse a sí misma.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...