A veces intentamos desesperadamente rechazar la tristeza pero sin lograr aferrar la felicidad, permaneciendo de esta manera en un limbo carente de sensaciones.

Eres mi respiración; nada más que mi respiración.

Cultivo en mi pecho, con atención constante y obstinada, la reliquia de una lejana metamorfosis que se ha convertido ya en deseo, esperanza, ilusión, pesar, sin transmutar nunca en certeza. Pero yo, tenaz, continuo a nutrirla con un derrame incesante que me transforma en un exánime supérstite.

En la embriaguez de un larguísimo instante, el pensamiento que la felicidad te asemeja.

Girar la página y encontrarse inmerso en un mar de sensaciones donde la frase piú triste es una carcajada que refleja sí misma.

Una excitación de mi corazón descubre tus pasos. Siempre te acompaña mi sonrisa; pero tú no lo sabes.

Y así tal vez mientras te buscaba a lo lejos, tú has venido a decirme que estabas aquí desde hace tiempo, desde hace tiempo mia en el tiempo.

Verte es ver agonizar un pasado muerto ya desde hace tiempo. Quizás es por esto que miro a lo lejos buscando un pasado que todavía deve llegar.

Atraparte y obstinarme en un paraíso de angustias rechazadas. Esto ha sido conocerte.

Despertarse de un sueño terminado tiempo atrás, cerrar los ojos para volver a atraparlo y abrirlos en seguida por miedo que logre hacerlo de verdad.