EN EL CAMPO

En el cuartel desierto

espacios vacíos

se intercalan respectivamente

y sucediéndose con monótona intermitencia

lanzan apariencias de fulgores

rarefactos

a las sombras que siguen

pávidas y miedosas

cuando encuentran

apuntes de futuro

entre los latidos

agonizantes

de los días pasados.

Y tú

sin entender

dejas que los residuos

de un último pétalo cansado

se depositen

en mi mirada exhausta.

Reir, reir, reir.

Reir de nosotros,

de ustedes, de todo

y de nada,

como si el tiempo

no hubiese transcurrido.

Como si nos encontráramos

todavía allá,

en el campo

con el herbaje alto

que ondulando feliz

sigue protegiendo

un instante lejano

sin saber

que ha muerto.

“ASTRICIDIO”

Odio por la órbita

de la estrella

dominante.

“Astricidio”:

estúpido suicidio

del planeta.

De un átomo

de un hombre

de todo.

Origen de la nada.

EL FINAL DE LOS SUEÑOS

Llega siempre de noche.

Esta noche

queriendo tocar lo imposible

me he quemado

y ahora

mirándome en el espejo

no veo más

tu rostro.

Todos

solos desde siempre

a veces creemos

que somos dos.

Mi ilusión ha terminado.

La tuya

duerme todavía en el corazón.

He alargado

las manos muchas veces

pero siempre

mirabas a lo lejos.

No soporto el abrazo

que mira a lo lejos.

No soporto la sonrisa

que intenta escapar.

Te he amado más que a la vida

y te amo

tal vez un poco menos

porque eres ilusión.

Mañana

con el nuevo sol

espero que de los sueños

quede solamente el recuerdo.

GIGANTE DE PIEDRA

Un gigante de piedra

en el temblor de un beso

o de un jadeo

y en el adiós a los presentes

inspira una brisa

de sensaciones infinitas

y en una ligera disolvencia

se extingue dilatando

una última ilusión

con el suspiro

de un fuego

condenado a morir

junto

a un lecho

de plumas rojizas.

SÓLO YO SÉ

Una pluma ligera

duerme esta noche

en el fondo del corazón.

Entre las nubes negras,

superando un pasaje romántico,

he vuelto a ver dos ojos cansados,

un temblor distante

y un miedo

que por primera vez

siento que es mío.

Con la mente

traspaso el tiempo

para depositar una caricia

en tu cabeza inclinada.

A lo lejos en el espacio

que es ya un muro

de sensaciones vividas solos

te siento muy cerca

como un viejo poema

escrito tiempo atrás.

Existen latidos invisibles

que nunca terminan

de vibrar

en ecos espantosos.

Como

en una pesadilla fantasmal

donde brazos

sujetan el aire

que me pertenece desde siempre

y la respiración

que se mezcla con él

murmura un nombre

y sólo yo sé

que es el mío.

EXÉGESIS

Exégesis

de obras maestras gloriosas

entrelazadas

en guirnaldas de flores

de varios colores,

tácitos testigos

de un pasado

que arde

en el fogón del tiempo.

Lamentos afónicos

apretados en la garganta

por lazos invisibles

que

matando el futuro

invocan piedad.

EL FINAL DE LOS SUEÑOS

Llega siempre de noche.
Esta noche
queriendo tocar lo imposible
me he quemado
y ahora
mirándome en el espejo
no veo más
tu rostro.
Todos
solos desde siempre
a veces creemos
que somos dos.
Mi ilusión ha terminado.
La tuya
duerme todavía en el corazón.
He alargado
las manos muchas veces
pero siempre
mirabas a lo lejos.
No soporto el abrazo
que mira a lo lejos.
No soporto la sonrisa
que busca la huída.
Te he amado más que a la vida
y te amo
tal vez un poco menos
porque eres ilusión.
Mañana
con el nuevo sol
espero que de los sueños
quede solamente el recuerdo.

ESCOLLO DE VIDA

El preludio informe
de una melodía interrumpida
sucumbe en el antro
invocando un regreso.
Contención negra
de futuras memorias
incendia la cruz
inclinándote al alba
de un sentimiento
vendido
por un beso
a la spada.
Un último pensamiento
te regala la playa
de los sentimientos oblicuos
quemados a la mañana
por un sol pálido.
Y tú
vuelves a esperar
escollo de vida
sumergido
por el llanto.

LOCURA

Asomarse
de un tren en marcha.
Asomarse
de un teleférico
mientra sube.
Acelerar antes
de la curva.
Aparecer externo
al propio esqueleto.
Llorar
viendo un payaso
que ríe.
Besarse en el espejo.
¿Es locura?

MENTIROSO

No te detienes a calcular
la altura del muro
porque para saltar
es suficiente la vara de un junco.
Si las cuerdas de una guitarra
me atan las manos
es también cansador
cantar en silencio.
Y mientras
a mi madre niña
crecen cabellos blancos
tú rechazas su lugar.
Si mi dieras un beso
no te odiaría más.
Pero sabes que soy mentiroso.