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Pensamiento 24

No está lejos el día en el que la fascinación épica y heroica del destino será redimensionada o bien anulada por las previsiones que un cálculo de las probabilidades, desarrollado a través de las fichas preparadas por un frío ordenador, será capaz de regalarnos. En una visión realística, una insignificante proyección hacia lo racional, sentimentalmente la enésima desencantada constatación que la decadencia del romanticismo es irreversible.