
A veces la tristeza, emergiendo con fuerza a la superficie, nos cierra la garganta y, haciéndonos incoherentes, nos empuja a cualquier forma de escape que, aunque si más aparente que real, en seguida se vuelve insoportable y, por consiguiente, rechazando la huída extrema, renunciamos a todo.
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Quién no ha sentido alguna vez la necesidad de huir, de huir de todo, hasta de sus pensamientos.
Estupendas tus palabras!
Un abrazo⚘
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gracias 10000 )))
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Es muy cierto, palabras sabias! Un saludo
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me satisface tu compartir un abrazo
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