vecchia.jpg

VEJEZ

En el vestíbulo estrecho

del verano que termina

el viejo abanico

abre todavía

sus varillas doradas.

Puntas de lanza

flechas oxidadas

por vapores rojizos

de un tiempo pasado.

La sangre se ha secado.

Un tiempo

felicidad vital

en mil chorros

colorados.

Ahora

se espera

que la espera termine.

Descoloridas ilusiones

ya disueltas

en impalpables huellas

de antigua senilidad.