A menudo la causa de los trastornos psicológicos depende de un cociente de inteligencia superior.
Es como decir que el sufrimiento puede ser proporcional a la inteligencia.

¡“Hazme morir!” le dijo en el ápice del placer.
Y ella le obedeció.

A veces ocurre que un pensamiento que creemos solamente nuestro y del que nos sentimos orgullosos lo escuchamos en las personas que estimamos y esto nos asombra y nos enorgullece.
Y propio este orgullo comprueba que no teníamos la seguridad que ese pensamiento fuese tan sublime.

Calumnia. La calumnia es una brisa… dice un viejo proverbio ¿pero cuando desde el principio se manifiesta como un huracán?

TÚ

Me miras y te buscas

sin encontrar

la isla perdida

mientras los ojos se pierden

en abismos sin fin.

Alza la mirada

que más allá del horizonte

y de sus límites aparentes

hay aún alguna cosa.

En un lago personal

abrazas en silencio

tu tronco que habla

pero

para no ahogarse

es suficiente una imagen.

Apretar

la cola de un mulo

no es cabalgar

pero cuando eras niña

tu caballo murió

en el primer obstáculo.

Los últimos fragmentos

de la muñeca de trapo

se han quemado

sin darte calor.

También la ceniza

se está perdiendo

en una catarsis irreal

en sentido contrario.

Cansados los dos

dormíamos

un sueño incompleto.

Un sogno incompleto.

Yo no sueño más

Desde hace tiempo.

He atravesado

tus paredes

y ahora

un cojín de plumas

tiene el aspecto

de una lápida absurda

donde se graban recuerdos.

En un ángulo prohibido

donde la mente confunde

pasado y futuro

he escondido un secreto.

La locura

es su reina

y tu sexo

una muralla.

En tus manos la llave

pero no lo sabes.

Esclavo y amo

flagelo y acaricio

ejércitos de

masturbadores metafísicos

que buscan

un silogismo definitivo.

Sólo recordando
tus juegos amorosos

he sentido

exaltaciones nuevas

remordimientos felices

y paraísos ignorados.

Es un discurso infantil
que sabe de gorro

para un juguete roto.

Es la palabra fin

para la novela

del sexo más alto

que yo haya escrito

en cada acto amoroso

y ahora lo sabes.

Pascal decía que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Tenía razón. O mejor dicho: el corazón me dice que tenía razón, la razón no. Porque de hecho es siempre y solamente la mente que habla, pero, como un buen ventrilocuo, deja que el corazón se atribuisca el mérito.

Una mirada de niña: un velo de dulzura en el corazón.

La realidad de los cambiamentos que vemos cuandos nos miramos al espejo puede ser solamente una apariencia deformada en el refractarse de la imagen.

Ser o no ser no tiene sentido para quien está destinado a no ser de todas formas.

Es celoso de lo que posee el que tiene miedo de perderlo. Es envidioso de lo que no posee, el que teme no poder obtenerlo.