
EN EL CAMPO
En el cuartel desierto
espacios vacíos
se intercalan respectivamente
y sucediéndose con monótona intermitencia
lanzan apariencias de fulgores
rarefactos
a las sombras que siguen
pávidas y miedosas
cuando encuentran
apuntes de futuro
entre los latidos
agonizantes
de los días pasados.
Y tú
sin entender
dejas que los residuos
de un último pétalo cansado
se depositen
en mi mirada exhausta.
Reir, reir, reir.
Reir de nosotros,
de ustedes, de todo
y de nada,
como si el tiempo
no hubiese transcurrido.
Como si nos encontráramos
todavía allá,
en el campo
con el herbaje alto
que ondulando feliz
sigue protegiendo
un instante lejano
sin saber
que ha muerto.